domingo, 11 de septiembre de 2011

Mañana es demasiado tarde

Para Laura. Mi pequeña e inoportuna Laura.... llegastes en el mejor momento.


Te escribo en una noche cualquiera de insomnio. En un desvelo de minutos peligrosos y horas letales. Mientras tanto, tú sueñas con cantar y ser actriz. Te escribo bajo un cansancio autodestructivo de las que emergen, madrugada tras madrugada, todas mis inquietudes. Mientras tanto, tú sueñas con bailes y canciones. Ahí estás. Bajo las sábanas, protegiéndote del mundo. Algún día entenderás que solo la inocencia, o tal vez la ignorancia son las únicas armas para enfrentarse a la vida. Sin herir y sin ser herido. Hasta entonces disfruta de los sueños, pequeña. Con el tiempo habrás reído mucho y llorado demasiado. No puedo imaginarlo. No quiero aceptarlo. Ese será otro cuento que quizá nunca quieras contar.

El universo entero conspiró nueve meses antes de su nacimiento. Allí estaba, mi pequeña camarada. Jamás olvidaré sus ojos, solo sabían ver… Insidiosa adultez. El olvido de la infancia y del sentir de los sentidos fue lo que desquició a los hombres. Qué más da, Laura me enseñó que todo lo demás es lo de menos. No me importa el resto, nada.

Pequeña escribo para agradecerte los sueños de bailes y canciones que trajiste a mis días. Hoy y ahora es el momento, aunque tenga los ojos cerrados y la mente extraviada por el sueño. Mañana me parece demasiado tarde…..

….y como escribió algún loco de los más cuerdos por haber y habido, en no sé qué pared, de no sé qué metro…

Que la vida va en serio….Bébetela en broma. Sorbito a sorbito. Sin que te amargue. Pero bébetela. Toda. Yo estaré aquí. Siempre. Como siempre, para que la pereza no te agarre ni la resaca tambalee tus pasos.

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